Giro de Italia: Fernando Gaviria, el rey de la velocidad buscará el podio en Europa - Infobae

2022-09-17 02:04:57 By : Ms. charlene chen

Potente, audaz y hábil como pocos sobre la bicicleta. Sus anchas piernas, escondidas en medio de la lycra que se extiende hasta las rodillas, rompen el molde del ciclista colombiano convencional. Ese corredor ‘menudito’, paticorto y pequeño en estatura pero grande de corazón que hace cuatro décadas conquistaba las montañas europeas adornado con el ‘maillot’ tricolor del equipo Café de Colombia - Pilas Varta.

Fernando Gaviria, de La Ceja, Antioquia, era un corredor diferente, nacido para brillar entre los más ‘pesados’ e imponentes individuos del pelotón y dispuesto, como pocos, a luchar contra el viento para cruzar antes que nadie la línea de meta. Aquellos segundos decisivos en los que, además de pensar con las piernas, se debe pensar con la cabeza: el embalaje.

La pistas antioqueñas serían su primer juguete en el alocado mundo del ciclismo, pero, habiendo conquistado las categorías juvenil y élite, su pasión se trasladó hasta la ruta, con los extensos recorridos en los que no importa si los rayos de sol queman la piel o si la lluvia se convierte en una pesa que cargar. Pero Fernando estaba forjado en oro, ese mismo que lo convertiría en un campeón.

Por las venas de Gaviria, modelo 1994, ya corría la sangre ciclística. Su padre, José Hernando, probó las mieles del ciclismo de ruta, y su hermana, Juliana, también enfocó sus esfuerzos en la pista, donde ha llegado a ser campeona panamericana en cuatro oportunidades. Fernando, claro, no iba a ser la variable de la ecuación.

Los duros pero firmes pedalazos sobre la bicicleta le valieron para recibir uno de tantos sobrenombres. ‘El misil’ fue uno de ellos, aunque rápidamente él mismo se encargó de derribarlo ante los ojos de la opinión pública. “No me gusta este apodo porque hace referencia a la guerra”, dijo en alguna oportunidad. Y si algo tenía claro es que sus triunfos estarían más que apartados de las balas, el secuestro y la profunda violencia que sigue afectando a Colombia.

Las cualidades de Gaviria en la ruta se terminaron de destapar ante el mundo en el 2015, cuando el antioqueño tenía apenas 20 años. La primera experiencia profesional en una escuadra fue en el extinto Coldeportes-Claro, que lo vio dar un golpe de autoridad —y de talento— en el Tour de San Luis, que, desde el 2007 y hasta el 2016, se disputó en territorio argentino.

Uno de los grandes referentes de aquella edición fue el británico Mark Cavendish, quien hoy en día es considerado como el mejor embalador de la historia. Y no es para menos. Sus más de 140 victorias de etapa lo posicionan en el olimpo de la velocidad, y más sorprendente aún es pensar que con 36 años no se cansa de ganar. Ya para el 2015 era toda una sensación.

En la primera y tercera etapa de la carrera, Gaviria le repitió la dosis a Cavendish y lo resagó a la segunda posición. Ganarle un ‘mano a mano’ al británico, dos veces y en el mismo certamen, era un privilegio que muy pocos ciclistas se podrían dar. Luego en la séptima y última jornada sería el europeo quien levantaría los brazos en la meta, dejando a Fernando en el segundo cajón del podio. Pero la safistacción no se la quitó nadie.

Oliverio Cárdenas, entrenador por aquel entonces del equipo Coldeportes-Claro, reveló que detrás del portento de Gaviria se encondía una gran agilidad mental. “Es un líder en el grupo, a pesar de ser un poco introvertido. Es uno de los pocos ciclistas del lote que analiza las carreras, el boletín, eso dice que está metido en el cuento. Es veloz mentalmente, lee la etapa y toma decisiones acertadas sin consultar, no hay que estar encima de él diciéndole lo que tiene que hacer”, declaró a El Tiempo.

Sin duda alguna la época más abundante en términos de triunfos fue en la escuadra belga Quick-Step, en el 2016. Y, una vez más, el Tour de San Luis sería el escenario predilecto para empezar cosechar los logros más importantes de su carrera. Allí celebró en la segunda etapa y, apenas unas semanas después, en marzo, levantaría las manos, por primera vez, en una etapa de una carrera de categoría World Tour: la Tirreno-Adriático.

Lo que vendría en los próximos años se resumiría en la historia que muchos ciclistas quisieran contar. “Siempre quiero ganar más, hacer algo nuevo, eso es lo que motiva cada día, lograr más victorias y tratando de ser mejor ciclista, que es lo que siempre he soñado”, sentenció el corredor antioqueño en aquel marzo del 2016.

Con aquel clásico uniforme azul y blanco, el velocista colombiano obtendría 30 de sus 49 victorias como profesional, las que hoy lo ubican como el segundo ciclista ‘cafetero’ más exitoso de la historia. Por delante suyo solo está la figura excepcional de Nairo Quintana, que acumula 51.

Sin embargo, en el ciclismo, así como en muchos otros deportes, no basta con hacer un cálculo fácil. No es suficiente establecer la cantidad de conquistas de un atleta. La fórmula verdaderamente relevante se obtiene tras reconocer el terreno. Gaviria acumula cinco triunfos en el Giro de Italia, una de las tres grandes vueltas del ciclismo: cuatro en el mágico 2017 y una más en 2019, pero vistiendo otros colores. Ningún otro colombiano ganó más en la ‘Corsa Rosa’ que él.

Pero en suelo ‘galo’ también supo celebrar por lo alto. El Tour de Francia, la carrera ciclista más importante del mundo, lo vio subirse al primer puesto del podio en la primera y cuarta etapa. Precisamente, en la jornada de apertura, el atleta antioqueño, que en su niñez jugaba en las fincas con vacas y caballos, como reveló su hermana Juliana, adornó su cuerpo con el ‘maillot’ amarillo de líder. Por aquel entonces, solo Víctor Hugo Peña, en el 2003, había sido el único colombiano en alzar ese peso histórico.

Habiendo puesto su sello ganador en el Quick-Step, ‘Fer’, como es apodado de cariño, partió al UAE Team Emirates con la fiel convicción de hacer aún más grande su leyenda. No fue una decisión planeada, ya que los problemas de patrocinios en su anterior equipo lo dejaron a la deriva, pero con la libertad de escoger cuál sería su próximo destino en el pelotón internacional.

La escuadra de los Emiratos Árabes Unidos, con mayores capacidades económicas, lo sedujo para que brillara en los embalajes, su terreno favorito, el espacio donde, como si fuera un depredador, huele el miedo de los demás competidores. Sin embargo, desde su arribo, y luego de tres temporadas y media, han sido más las críticas que los halagos de la prensa.

A nivel de grandes vueltas, Gaviria apenas suma una victoria de etapa: la citada anteriormente en el Giro de Italia, en el 2019. Claro, sería injusto no reconocer los otros 14 triunfos, pero las fichas siempre estuvieron puestas en los retos de mayor dificultad. ¿Cuestiónes físicas, mentales o simplemente mala suerte? Esos son los mayores misterios.

Lo cierto es que la pandemia tampoco le ayudó. Fueron tres las veces que el oriundo de La Ceja, en Antioquia, dio positivo por covid-19. Y, naturalmente, esto se ve reflejado en días en los que no se puede entrenar y secuelas que, en muchos casos, terminan por retrasar la plenitud física.

El UAE confirmó que Fernando estará presente, a partir del próximo viernes 6 de mayo, en la edición 105 del Giro de Italia. La vida —o el destino— le han dado una nueva oportunidad de figurar, algo a lo que acostumbró a sus seguidores desde los dos años, cuando aprendió a montar en bicicleta. En el medio está una racha de casi tres temporadas sin festejar en grandes vueltas, pero, cuando se trata de Gaviria, la magia de lo inesperado es su mayor virtud. Ojo, porque el rey de la velocidad quiere recuperar su trono.