Foto: suministrada Inicio Salud Industria de salud Rompe todos los moldes la junta directiva de MedCentro Por: Sandra Torres Guzmán 14 de septiembre de 2022 No muchas corporaciones en la isla son capaces de generar y administrar un presupuesto anual de $70 millones. Y de seguro, solo una es timoneada por un maestro alfarero, dos educadores, un artesano, un químico de profesión y hasta una líder comunitaria. Por insólito que parezca, las decisiones más importantes de MedCentro -el proyecto de salud que 51 años atrás gestó en La Playa de Ponce Sor Isolina Ferré- pasan por el crisol de 13 integrantes cívicos y profesionales que, para colmo, no reciben remuneración por los servicios que brindan a la comunidad. Su vicepresidenta, Gladys Santos, es a orgullo la exponente de mayor antigüedad en el colectivo. Por eso le llaman “la memoria histórica” del grupo, ya que llegó al entonces Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) desde su fundación, en representación de Sor Isolina, quien impulsó la propuesta junto a varios residentes del sector con el fin de proveer servicios de salud primaria a la población. “Estoy más que agradecida de la vida de poder estar en este crecer del centro y ayudar tanto a la gente, porque no es para uno o para otros, sino para la comunidad”, resumió la octogenaria quien mantiene activa su relación con el centro de salud desde hace más de medio siglo. Doña Gladys, precisamente, fungió como presidenta de la junta directiva durante poco más de una década y fue quien pasó el mando a su sucesor, a quien llevó de la mano para enseñarle “a ser presidente”. Se trata de Eduardo Martínez, un maestro alfarero que también laboró para los Centros Sor Isolina. “Al principio me asustaba ser el presidente de la junta, pero tuve una buena maestra, doña Gladys, quien fue guiándome poquito a poco”, confesó el artesano de 66 años de edad que ahora “se siente preparado para enseñar a otros”. Según explicó, en múltiples ocasiones su oficio como alfarero le ha ayudado a lidiar con los retos y responsabilidades del cargo, ya que, a su juicio, todo líder debe cultivar el amor y la templanza. “Cuando empecé como alfarero, tenía a muchos muchachos en las mesas, porque les gustaba estar en mi salón. Atendí a muchas personas y lo que les enseñaba, ellas debían enseñárselo a otras personas. Les decía que todo lo que hay a su alrededor es herramienta y que nunca echaran hacia el lado algo porque luego podrían necesitarlo”. La lección no pudo ser más providencial. Entretanto, Víctor Montalvo resaltó que el trabajo comunitario que realiza desde su posición como tesorero de la organización “es lo que siempre quise hacer”, tras laborar durante tres décadas en la industria petroquímica. “Siempre dije que quería hacer algo en beneficio de nuestra comunidad y llegar aquí parece que estaba para mí. Yo no sé si el Señor tuvo que ver con esto, pero aquí estoy. Cada vez con más empeño”, puntualizó. “Cuando ves algo que en realidad es en beneficio de la comunidad y ves progreso y que continuamente se va llegando a mucho más para beneficio de nuestro pueblo, uno se siente agradecido de ser parte de esto”, confesó quien incluso ejerció por 11 años en una petroquímica de Arabia Saudita. A sus expresiones le hizo eco Jaime García, un químico y educador jubilado de la Universidad de Puerto Rico en Ponce, quien junto a Víctor representa a la junta de directores en el Comité Institucional de Calidad. “Esto ha sido una experiencia extraordinaria. Vengo del área de la química, pero le tengo que decir que he aprendido tanto sobre la gerencia porque una de las cosas importantes de esta junta es que el director ejecutivo se ocupa de que nosotros tengamos nuestro mejoramiento profesional constante para entender nuestras responsabilidades”, explicó. En específico, se refería a Allan Cintrón Salichs, el director ejecutivo de MedCentro que consistentemente procura que cada miembro de la junta gane el peritaje para asimilar, desde estados financieros, hasta el alcance de sus responsabilidades en la junta. “Jamás en la vida imaginé que iba a entender estados financieros”, continuó García, pero tras una década inmerso en esta experiencia, otra ha sido la historia. Mas entre las huellas que ya han marcado como legado resaltan, desde la remodelación de su sede en la Avenida Hostos de Ponce y la adquisición de estructuras aledañas al centro, hasta el rescate de edificios históricos en desuso para darles una nueva vida. “Esto ha cambiado porque todos merecemos buen servicio y un sitio digno, porque eso es bueno para la salud emocional y física. Que uno llegue a un sitio que está bien puesto, que se vea limpio, ordenado, eso es fundamental. Además, en tecnología tiene lo último en la avenida”, agregó al destacar la capacidad administrativa de Cintrón Salichs para dirigir la organización. Por su parte, María Roque Torruella confesó que nunca imaginó que “de la silla de paciente” saltaría un día al cuerpo rector de MedCentro. “Yo estudié en Tabaiba, noveno y cuarto año. Iba a ser desertora y Sor Isolina me rescató”, recordó la fémina, ya a sus 55 años de edad. “Estuve en un programa (en el) que (los participantes) se quedaban en la semana y los fines de semana nos íbamos para nuestros hogares. Entré en un curso de Cultivo de Orquídeas, pero los químicos me enfermaron y de ahí fui al CDT de La Playa”. No obstante, su liderazgo y empatía con la comunidad no solo propiciaron su incursión en la junta y eventual nombramiento como secretaria del cuerpo: también impulsó la formulación de programas de impacto comunitario, como brindar servicios de salud preventiva en los residenciales públicos mediante unidades móviles. “Me alegro de que hayan tenido las unidades móviles en los residenciales, porque hay personas que no pueden llegar a los lugares y tener esta unidad ahí en el residencial, que dan dos pasos y llegan al médico, es bueno para los residentes y, sobre todo, para los envejecientes”, indicó. Testigos del asombro Por otro lado, ante preguntas sobre cómo responden allegados y desconocidos a su protagonismo en el cuerpo rector de MedCentro, ninguno de los presentes pudo ocultar su sonrisa. “Al principio nos preguntan ‘¿Cómo va a ser?’, porque casi siempre las juntas se componen de abogados. Por eso muchos se sorprenden”, comentó la dinámica secretaria. Por su parte, Jaime García, actual vocal en la junta, relató que en más de una ocasión ha escuchado a personas exclamar “Muchacho, ustedes se han quedado con to’, cuando alguien descubre su rol en la organización. “Pero la idea es entender y demostrar de lo que somos capaces y quiénes son los que están ahí, lidiando para que estos servicios lleguen”, apuntó. Igualmente, la visión humanitaria del colectivo y la institución les ha permitido comprender las necesidades de las poblaciones vulnerables, entre ellas, las personas sin hogar, para quienes idearon un concepto distinto en el legendario barrio La Cantera de la Ciudad Señorial. Según don Víctor, “hice un acercamiento de una población que, para mí, es una población que no estaba recibiendo los servicios necesarios para su salud”. “Un día (Allan Cintrón) me dijo: ‘Víctor, se te logró’. Era para trabajar con los deambulantes y (desde entonces) tenemos un servicio para ellos. Ahora suman 879 y es una población que sigue creciendo”, afirmó. “Ahora tenemos allí un edificio completamente remodelado y muy bonito”. Finalmente, estos filántropos expusieron su satisfacción de haber contribuido a la calidad de vida de miles de residentes en la zona sur a través de una obra colosal, enfocada en ayudar a los demás. “Nuestro fin es seguir esto. Hacia nuevas fronteras. Seguir adelante, hay mucho camino porque lo sabemos y queremos llegar a sitios nuevos para llevar salud a donde más podamos. Si nos dejan, queremos a MedCentro en todo Puerto Rico”, coincidieron casi al unísono. Sandra Torres Guzmán Comentarios 2 Francisca says: 1 semana ago PUES QUE ESA JUNTA EVALUE SUS EMPLEADOS Y SE COMUNIQUE CON LOS PACIENTES QUE SON SUS CLIENTES..PORQUE EN PONCE PLAYA ALGUNOS Y ALGUNAS EMPLEADOS TIENEN UNA ACTITUD HOSTIL CON LOS PACIENTES..Y SI NO ES POR NOSOTROS NO TUVIERAN EMPLEOS..EXPERIENCIA VIVIDA HORRIBLE..CON LAS EMPLEADAS DE RECEPCION.NO OLVIDEN QUE GRACIAS A NOSOTROS LOS PACIENTES ES QUE TIENEN EMPLEOS..OJO CON ESTO..COMO QUIERA ME FUI DE AHI..Y NO LO RECOMIENDO.. Responder Jesus del Valle-Mas says: 7 días ago Soy empleado de Med Centro desde hace poco más de un año y llevo con orgullo la responsabilidad que Allan y su Junta pusieron en mis manos. Tengo una expriencia de casi 20 años en esta industria y ofreciendo servicios como Consultor de HRSA; he visto muchos otros centros del mismo corte en PR y USA; sin embargo, Med Centro en su tipo es de los mejores. Para mi, después de la primera visita a lo que fue el CDT de la Playa de Ponce, en misión oficial, es un un sueño cumplido poder formar parte de este equipo, el equipo que apuesta al éxito y hace todo para logarlo. Dificultades siempre aparecen, contradicciones también; soluciones se buscan; pero todo eso es lo que genera el desarrollo ‘Hacia nuevas fronteras’. Responder Deja un comentario Cancelar respuestaTu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con * Comentario * Nombre * Correo electrónico * Web Guardar mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que haga un comentario. 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No muchas corporaciones en la isla son capaces de generar y administrar un presupuesto anual de $70 millones. Y de seguro, solo una es timoneada por un maestro alfarero, dos educadores, un artesano, un químico de profesión y hasta una líder comunitaria.

Por insólito que parezca, las decisiones más importantes de MedCentro -el proyecto de salud que 51 años atrás gestó en La Playa de Ponce Sor Isolina Ferré- pasan por el crisol de 13 integrantes cívicos y profesionales que, para colmo, no reciben remuneración por los servicios que brindan a la comunidad.

Su vicepresidenta, Gladys Santos, es a orgullo la exponente de mayor antigüedad en el colectivo. Por eso le llaman “la memoria histórica” del grupo, ya que llegó al entonces Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) desde su fundación, en representación de Sor Isolina, quien impulsó la propuesta junto a varios residentes del sector con el fin de proveer servicios de salud primaria a la población.

“Estoy más que agradecida de la vida de poder estar en este crecer del centro y ayudar tanto a la gente, porque no es para uno o para otros, sino para la comunidad”, resumió la octogenaria quien mantiene activa su relación con el centro de salud desde hace más de medio siglo.

Doña Gladys, precisamente, fungió como presidenta de la junta directiva durante poco más de una década y fue quien pasó el mando a su sucesor, a quien llevó de la mano para enseñarle “a ser presidente”.

Se trata de Eduardo Martínez, un maestro alfarero que también laboró para los Centros Sor Isolina.

“Al principio me asustaba ser el presidente de la junta, pero tuve una buena maestra, doña Gladys, quien fue guiándome poquito a poco”, confesó el artesano de 66 años de edad que ahora “se siente preparado para enseñar a otros”.

Según explicó, en múltiples ocasiones su oficio como alfarero le ha ayudado a lidiar con los retos y responsabilidades del cargo, ya que, a su juicio, todo líder debe cultivar el amor y la templanza.

“Cuando empecé como alfarero, tenía a muchos muchachos en las mesas, porque les gustaba estar en mi salón. Atendí a muchas personas y lo que les enseñaba, ellas debían enseñárselo a otras personas. Les decía que todo lo que hay a su alrededor es herramienta y que nunca echaran hacia el lado algo porque luego podrían necesitarlo”. La lección no pudo ser más providencial.

Entretanto, Víctor Montalvo resaltó que el trabajo comunitario que realiza desde su posición como tesorero de la organización “es lo que siempre quise hacer”, tras laborar durante tres décadas en la industria petroquímica.

“Siempre dije que quería hacer algo en beneficio de nuestra comunidad y llegar aquí parece que estaba para mí. Yo no sé si el Señor tuvo que ver con esto, pero aquí estoy. Cada vez con más empeño”, puntualizó.

“Cuando ves algo que en realidad es en beneficio de la comunidad y ves progreso y que continuamente se va llegando a mucho más para beneficio de nuestro pueblo, uno se siente agradecido de ser parte de esto”, confesó quien incluso ejerció por 11 años en una petroquímica de Arabia Saudita.

A sus expresiones le hizo eco Jaime García, un químico y educador jubilado de la Universidad de Puerto Rico en Ponce, quien junto a Víctor representa a la junta de directores en el Comité Institucional de Calidad.

“Esto ha sido una experiencia extraordinaria. Vengo del área de la química, pero le tengo que decir que he aprendido tanto sobre la gerencia porque una de las cosas importantes de esta junta es que el director ejecutivo se ocupa de que nosotros tengamos nuestro mejoramiento profesional constante para entender nuestras responsabilidades”, explicó.

En específico, se refería a Allan Cintrón Salichs, el director ejecutivo de MedCentro que consistentemente procura que cada miembro de la junta gane el peritaje para asimilar, desde estados financieros, hasta el alcance de sus responsabilidades en la junta.

“Jamás en la vida imaginé que iba a entender estados financieros”, continuó García, pero tras una década inmerso en esta experiencia, otra ha sido la historia.

Mas entre las huellas que ya han marcado como legado resaltan, desde la remodelación de su sede en la Avenida Hostos de Ponce y la adquisición de estructuras aledañas al centro, hasta el rescate de edificios históricos en desuso para darles una nueva vida.

“Esto ha cambiado porque todos merecemos buen servicio y un sitio digno, porque eso es bueno para la salud emocional y física. Que uno llegue a un sitio que está bien puesto, que se vea limpio, ordenado, eso es fundamental. Además, en tecnología tiene lo último en la avenida”, agregó al destacar la capacidad administrativa de Cintrón Salichs para dirigir la organización.

Por su parte, María Roque Torruella confesó que nunca imaginó que “de la silla de paciente” saltaría un día al cuerpo rector de MedCentro.

“Yo estudié en Tabaiba, noveno y cuarto año. Iba a ser desertora y Sor Isolina me rescató”, recordó la fémina, ya a sus 55 años de edad. “Estuve en un programa (en el) que (los participantes) se quedaban en la semana y los fines de semana nos íbamos para nuestros hogares. Entré en un curso de Cultivo de Orquídeas, pero los químicos me enfermaron y de ahí fui al CDT de La Playa”.

No obstante, su liderazgo y empatía con la comunidad no solo propiciaron su incursión en la junta y eventual nombramiento como secretaria del cuerpo: también impulsó la formulación de programas de impacto comunitario, como brindar servicios de salud preventiva en los residenciales públicos mediante unidades móviles.

“Me alegro de que hayan tenido las unidades móviles en los residenciales, porque hay personas que no pueden llegar a los lugares y tener esta unidad ahí en el residencial, que dan dos pasos y llegan al médico, es bueno para los residentes y, sobre todo, para los envejecientes”, indicó.

Por otro lado, ante preguntas sobre cómo responden allegados y desconocidos a su protagonismo en el cuerpo rector de MedCentro, ninguno de los presentes pudo ocultar su sonrisa.

“Al principio nos preguntan ‘¿Cómo va a ser?’, porque casi siempre las juntas se componen de abogados. Por eso muchos se sorprenden”, comentó la dinámica secretaria.

Por su parte, Jaime García, actual vocal en la junta, relató que en más de una ocasión ha escuchado a personas exclamar “Muchacho, ustedes se han quedado con to’, cuando alguien descubre su rol en la organización.

“Pero la idea es entender y demostrar de lo que somos capaces y quiénes son los que están ahí, lidiando para que estos servicios lleguen”, apuntó.

Igualmente, la visión humanitaria del colectivo y la institución les ha permitido comprender las necesidades de las poblaciones vulnerables, entre ellas, las personas sin hogar, para quienes idearon un concepto distinto en el legendario barrio La Cantera de la Ciudad Señorial.

Según don Víctor, “hice un acercamiento de una población que, para mí, es una población que no estaba recibiendo los servicios necesarios para su salud”.

“Un día (Allan Cintrón) me dijo: ‘Víctor, se te logró’. Era para trabajar con los deambulantes y (desde entonces) tenemos un servicio para ellos. Ahora suman 879 y es una población que sigue creciendo”, afirmó. “Ahora tenemos allí un edificio completamente remodelado y muy bonito”.

Finalmente, estos filántropos expusieron su satisfacción de haber contribuido a la calidad de vida de miles de residentes en la zona sur a través de una obra colosal, enfocada en ayudar a los demás.

“Nuestro fin es seguir esto. Hacia nuevas fronteras. Seguir adelante, hay mucho camino porque lo sabemos y queremos llegar a sitios nuevos para llevar salud a donde más podamos. Si nos dejan, queremos a MedCentro en todo Puerto Rico”, coincidieron casi al unísono.

PUES QUE ESA JUNTA EVALUE SUS EMPLEADOS Y SE COMUNIQUE CON LOS PACIENTES QUE SON SUS CLIENTES..PORQUE EN PONCE PLAYA ALGUNOS Y ALGUNAS EMPLEADOS TIENEN UNA ACTITUD HOSTIL CON LOS PACIENTES..Y SI NO ES POR NOSOTROS NO TUVIERAN EMPLEOS..EXPERIENCIA VIVIDA HORRIBLE..CON LAS EMPLEADAS DE RECEPCION.NO OLVIDEN QUE GRACIAS A NOSOTROS LOS PACIENTES ES QUE TIENEN EMPLEOS..OJO CON ESTO..COMO QUIERA ME FUI DE AHI..Y NO LO RECOMIENDO..

Soy empleado de Med Centro desde hace poco más de un año y llevo con orgullo la responsabilidad que Allan y su Junta pusieron en mis manos. Tengo una expriencia de casi 20 años en esta industria y ofreciendo servicios como Consultor de HRSA; he visto muchos otros centros del mismo corte en PR y USA; sin embargo, Med Centro en su tipo es de los mejores. Para mi, después de la primera visita a lo que fue el CDT de la Playa de Ponce, en misión oficial, es un un sueño cumplido poder formar parte de este equipo, el equipo que apuesta al éxito y hace todo para logarlo. Dificultades siempre aparecen, contradicciones también; soluciones se buscan; pero todo eso es lo que genera el desarrollo ‘Hacia nuevas fronteras’.

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