Les informé hace algunas semanas que se iba a presentar pronto un libro de flamenco que celebrarÃan muchos aficionados del mundo. Una recopilación de entrevistas de Antonio España y Arcadi Espada, en los setenta y ochenta, a artistas como Antonio Mairena, Farruco, Fosforito, Fernanda y Bernarda de Utrera, TÃa Anica la Periñaca, TÃo Borrico, Lebrijano, Fernando Quiñones y, entre otros, Paco de LucÃa, Lebrijano y Camarón. Ya hay lugar y fecha para la presentación de la obra Molde roto en Sevilla, editada por Renacimiento: será el dÃa 14 de este mismo mes en la sede del Instituto Andaluz del Flamenco, por la tarde. Arcadi Espada me ha pedido que sea uno de los presentadores del libro junto al compañero Fernando Iwasaki, algo que es todo un honor para mÃ. Anoche mismo terminé de leer el libro y desde hoy al dÃa de la presentación tendré tiempo de volver a leer de nuevo todas las entrevistas, casi veinte. No porque no me haya enterado de nada, que a veces pasa, sino para volver a disfrutar de una obra literaria, de flamenco, que para mà será de cabecera. Cada una de las entrevistas podrÃa ser un libro por sà sola, por separado, porque son antológicas. Leyendo la de Farruco, verdaderamente espeluznante, reconozco que sufrà mucho por las preguntas de los autores, que yo jamás me atrevà a preguntarle al genio, a pesar de la amistad que tuve con él. Lo adoraba, pero cuando lo tenÃa delante, a un metro, con aquella mirada lóbrega que producÃa escalofrÃos, era incapaz de preguntarle lo que España y Espada le preguntaron hace décadas. Esta entrevista al rey del baile gitano, la de Fernanda de Utrera, Antonio Mairena y Camarón, son documentos de un valor incalculable. Porque además, las entrevistas no han notado mucho el paso de los años. No son reliquias, sino conversaciones con flamencos, en los setenta y los ochenta, que podrÃan ser con flamencos de hoy, de la nueva generación. Tienen esa frescura de la inocencia, porque Arcadi Espada era un joven de solo 20 años, o menos, cuando comenzaron la apasionante aventura de estas conversaciones en el sur con flamencos de postÃn. Arcadi, además, tenÃa ya claro lo que era y no era flamenco, que no era fácil a su edad. Los dos, él y España, eran gitanistas, o sea, amantes del cante gitano, que repudiaban la otra escuela, la no gitana, el cante marchenero o valderramero. HuÃan de las voces teatrales, preciosistas, y creo, sinceramente, que fue un error no entrevistar también a los representantes de esa otra escuela. A Valderrama, por ejemplo, la Niña de la Puebla y Enrique Morente o Manolo Sanlúcar. El libro serÃa más plural, objetivo e interesante, por hermoso que sea, que lo es. Es una verdadera joya. Diecinueve entrevistas a artistas y flamencólogos de gran importancia. Si pueden acudan a la presentación y háganse con un ejemplar, que ya pueden comprar por internet. Es una pasada.